Pero Emilio era mucho más que eso. Era un verdadero ejemplo para todas las generaciones de periodistas en Chile. Y digo de todas, porque cada uno de los profesionales de la comunicación de este país nacieron a la vida profesional cuando Emilio Avila ya era un nombre importante en las comunicaciones.
Durante la ceremonia en que el colegio de periodistas conmemoró sus 50 años de existencia, Emilio fue galardonado y reconocido como uno de los forjadores del periodismo en Chile. En esa oportunidad pude tener una muy breve conversación con él, en la que me dijo con un tono de sana envidia que yo estaba recién empezando, que lo mejor estaba por venir.
Y digo con un sano toque de envidia porque me dio la impresión que de poder hacerlo, dedicaría otros 70 años de su vida al periodismo. Esa fue la mejor demostración de la vocación y devoción que tenía Emilio Avila para la profesión que el decidió acoger cuando todavía era muy joven.
Todos los homenajes, los premios, los aplausos fueron consecuencia de su compromiso hacia las comunicaciones y el público que lo seguía siempre como una fuente confiable desde el punto de vista informativo y ya en la última etapa de su carrera, como un líder de opinión destacado en la comunidad colchagüina. Creo que los actuales y futuros periodistas, al rememorar a Emilio, debemos recordar de forma obligatoria éstas, que fueron a mi juicio sus mejores cualidades.
A nombre del Consejo Regional Rancagua del Colegio de Periodistas de Chile, junto con expresar nuestras condolencias a la familia, doy las gracias a Emilio Avila y me permito asegurar que su legado no será olvidado.
Patricio Rodríguez P
Presidente Consejo Regional Rancagua
Colegio de Periodistas de Chile
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